Antes de entrar en la Sala VI, podemos contemplar, aparte de las viejas campanas del convento, dos maquetas realizadas en tiempos distintos (1993/2013) que ilustran la situación física del edificio en las fechas indicadas, antes y después del Museo. La primera, realizada de una manera artesanal, pero con una enorme carga emocional  y testimonial; y la segunda, llevada a cabo a escala por el artista Tahiche Díaz, y en mayores dimensiones.

 

Aprovechando buena parte del antiguo refectorio (comedor), se encuentra esta sala en la que se expone un bello manifestador de plata repujada realizado en talleres laguneros en el siglo XVIII. Formó parte del altar mayor de la iglesia del convento. También podemos encontrar interesantes trajes y prendas litúrgicas bordadas en plata y oro sobre seda.

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Antes de pasar a la última de las salas, y atravesando un pequeño patio, podemos contemplar un interesante horno de pan en buen estado de conservación, así como otros utensilios relacionados con el trabajo diario de la comunidad.